jueves, 21 de marzo de 2013

A mi musa

Cuando la noche cae
y me cubre el manto estrellado,
sueño pensando enamorado
en la sonrisa que me distrae.

Dando vueltas y vueltas en vela,
mi amor por salir lucha,
el corazón habla, el cerebro no escucha,
entierro la cara en la almohada de tela.

Así pasan horas y horas
pensando en ella, mi única musa,
que atormenta mi mente confusa
con bellezas cegadoras.

Al reír, esos hoyuelos,
suspiros en mi alma fieros,
causan insomnios placenteros
en que escribo mis anhelos.

¿Y finalmente qué sucede
si mi musa, inspirar, no inspira?
No puede haber tal mentira
si la pasión a la razón precede.

Y recitándole todos mis versos
me doy cuenta de una verdad:
que no hay mayor realidad
que a una musa amores diversos.

Siempre tuyo, G.
P.D.: Te quiero.

Loca

En el pasillo surgió de la nada.
¿Un ángel? ¿Un hada?
Cupido atacó con su espada.
¿Su sonrisa? ¿Su mirada?

Ante los dos pozos negros,
que por ojos lleva en el rostro,
con ánimo compongo alegros
y mi corazón sin dudar postro.

Que su pelo largo y sedoso
acaricie mi mejilla,
es mi sueño más hermoso
en mis noches de vigilia.
Su mano toca mi pecho,
mi corazón su alma;
sólo pienso ese derecho
en la noche, ambos, en calma.

Junto a esa tensión leve
que de sus labios hacia arriba tira,
tórnase mi corazón, cual lira,
en música de alegría breve.

Siempre tuyo, G.
P.D.: Te quiero.

domingo, 17 de marzo de 2013

Por ella

Ha vuelto. Ha vuelto a entrar en mi vida. Puede que no como yo hubiese querido, pero ha vuelto. Algo es algo. Aunque a veces, el ansia por que pase algo que deseamos puede jugarnos malas pasadas. Puede hacernos ver señales donde no las hay. Puede que hagamos alguna tontería por ello, pero ¿qué es una simple tontería para una amistad que se ha recuperado tan rápido? Era una tontería necesaria. La primera vez que me lanzo más allá de una simple declaración de sentimientos. Pero mejor quedarme con el amable y amargo rechazo, con su dulce sonrisa, con la complicidad entre ambos, con las conversaciones que tenemos, por cortas y banales que sean, con una gran noche... Es mejor, infinitamente mejor, quedarme con eso que con el sempiterno "qué habría pasado si". Ahora sé cómo están las cosas. Ella lo sabe también. Y sabe que no tengo problema en esperar.
Por ella.

A un pasado presente

Es mi amigo, al sonar,
el silencio de la noche,
ayudando a que derroche
mi tiempo de descansar.

El crujido del papel
y de mi pluma el roce
acompañan mi esboce
cual mármol y cincel.

Mas no ha ser agradable
mi tiempo a oscuras despierto,
pues parece ojo de tuerto
mi enfermedad inefable.

Nací ya en su compaña,
la creí habitual,
pero sentía más su mal
al ahogarme en su maraña.

Pasaba y pasaba la vida
sin casi poder dormir,
cansado al escribir
mis horas oscuras de huida.

     Y con un violín en mi mente
     y un pensamiento en la mano,
     despedía, ya anciano,
     a un pasado presente.