viernes, 26 de diciembre de 2014

Un destello brilla más en la oscuridad

Un golpe muy fuerte de pesimismo mezclado con realidad. Tan fuerte que se me cayó la máscara. Aún estoy intentando reponerme, tapado hasta la barbilla en un intento por eliminar un frío que crece en el centro mismo de mis huesos. Si cierro los ojos sólo veo una mirada tan azul como el cielo y tan intensa como mis sentimientos por ella. El fuego con que me enciende es frío y lejano, como la llama de una antorcha que sólo puedes observar desde la distancia en una noche sin luna ni estrellas. Y a pesar de todo, son las únicas ascuas que tengo. El único sueño que me hace soñar. La meta que me hace seguir, el pensamiento que corta la goma de mis máscaras. Desde que llegó, mi desván tiene las ideas patas arriba. Como si de un vendaval se tratase, fue en contra de todas mis previsiones y creencias. Tan en contra que enredó sus alas de hada en los hilos de oscuridad que me bloqueaban su luz, dejándola pasar. Y enredadas las dejó, pero sin atreverse a entrar conmigo. Sin embargo, seguirá enredada. Y me encanta. Y la quiero ahí. Y la quiero.