jueves, 31 de mayo de 2012

Querida L:

Me siento solo. Otras veces me ayudan a sentarme. Pero eso no quita que te quiera, con toda mi alma, más de lo que nunca he querido a nadie. ¿Reír? ¿Llorar? Nada tiene sentido si no es contigo, si tú no estás aquí para consolarme o llorar conmigo. ¿Vivir? ¿Morir? ¿Qué diferencia hay? Simples verbos, que no expresan la totalidad de su significado. Creación. Destrucción. No tengo las energías ni para lo uno ni para lo otro. Tu ausencia absorbe mi energía vital, mis propias ganas de seguir adelante. Quiero olvidarte. Quiero quererte. Quiero serle infiel al arte, inventarlo todo de nuevo para ti, y disfrutarlo juntos. Tengo mil y una historias que contarte. E inventaré las que haga falta para poder estar cada noche junto a ti. Quiero volar en el aire de tu respiración, soñar en tu regazo, verme en tus ojos. Tan cerca y tan lejos. ¿Por qué sufrimos así? ¿No se supone que somos racionales? ¿Por qué auto-suicidarnos emocionalmente con amores imposibles? Tú juegas en otra división, estás fuera de mi alcance. ¿Quién decide quién se enamora de quién? Presentádmelo. Quiero tener unas palabras con él. Ojalá algún día quieras a tu lado a alguien como yo. Hasta entonces,
                                                                    Siempre tuyo, G.
P.D.: Te quiero.