domingo, 24 de noviembre de 2013

Sigue siendo ella:

No la tengo. No es mía. Pero yo sí que soy suyo, nunca dejé de serlo. ¿Qué puedo hacer, sin esperar a que se decida? La quiero. La amo. Es la muejer de mi vida. La futura madre de mis hijos. Aquella con quien quiero envejecer. ¿Ella me quiere? Parece ser. ¿Pero por qué no se entrega a mí, entonces?
Siempre tuyo,
G.
P.D.: Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario